Respuesta técnica: el jabón disuelve la bicapa lipídica de los virus, lo que provoca que éstos se inactiven. No podemos decir que los virus "mueren" ya que, realmente, no son seres vivos. Vamos a explicar todo este proceso, pero antes de nada hay que conocer mejor a los virus.
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Los virus están formados por proteínas, lípidos y material genético, que puede ser ADN o ARN. En el caso del coronavirus SARS-CoV-2 tiene ARN. El ARN es el lugar donde se almacena la información para la formación de nuevos virus. Las proteínas tienen diversas funciones: se encargan de la unión al hospedador, ayudan al proceso de replicación, y hay otras con funciones estructurales. Los lípidos tienen función estructural, 'protegen' al virus. Las unidades estructurales del virus se unen por enlaces no covalentes que no necesitan de energía para su formación, ya que la interacción entre estas unidades estructurales es energéticamente más estable que si las unidades estuvieran libres. Así, la estructura se regulariza y es muy eficiente, muy díficil de romper.
Los coronavirus tienen un tamaño que oscila entre 50-200 nanómetros; así que se puede decir que son nanopartículas. Las nanopartículas tienen complejas interacciones con las superficies en las que estén, y esto ocurre con los virus también. Cuando un virus invade un hospedador (como una célula humana), el virus usa la maquinaria celular del huésped para su proceso de replicación; se replica el material genético y las proteínas. No obstante, los lípidos los obtienen de la célula huésped, y así, el ARN y las proteínas se autoensamblan con los lípidos. Por cierto, no se forma solo un virus, se forman muchísimas copias, y todos estos nuevos virus saturan la célula, que acaba muriendo. La célula estalla y libera todos estos nuevos que seguirán este mismo proceso para seguir replicándose (Esto es un resumen del ciclo de replicación vírico; aquí hay una explicación más detallada).
En los pulmones, algunos de estos virus terminan en las vías respiratorias, y en las membranas mucosas que los envuelven. Y así, cuando toses (y aún más cuando estornudas) se expulsan gotas respiratorias al exterior que pueden llegar a recorrer hasta 10 metros. En el caso de los coronavirus, parece ser que pueden llegar a los 2 metros. Por todo esto, ¡debes cubrirte cuando tosas o estornudes! Estas gotas suelen secarse rápido cuando acaban en cualquier superficie. Pero hay un problema: los virus siguen activos.
Principio químico: las moléculas similares entre si parece ser que interactúan entre ellas de forma más intensa que aquellas que son diferentes entre sí. Por ejemplo, la madera, la tela o la piel interactúan y mucho con los virus. En el caso contrario tenemos al acero, la porcelana y algunos plásticos como el teflón. La estructura de la superficie también importa; así, superficies ásperas pueden separar al virus. La estructura vírica está unida mediante una combinación de enlaces de hidrógeno e interacciones hidrofílicas. Así, las superficies compuestas por fibras o la madera (por ejemplo) pueden formar muchos enlaces de hidrógeno con el virus. Por contra, el acero, el teflón o la porcelana no forman muchos enlaces de hidrógeno; el virus no se une fuertemente a estas superficies. Entonces, los virus tenderán a ir hacia aquellas superficies donde puedan formar más enlaces.
SARS-CoV-2 parece que permanece activo en superficies favorables durante horas, o incluso durante 1 día. La humedad, la luz del sol (radiación UV) y el calor hacen que el virus sea menos estable.
La piel es una superficie ideal para el virus, ya que es 'orgánica', y las proteínas y lípidos de las células muertas de la superficie de la piel interactúan con el virus a través de enlaces de hidrógeno e interacciones hidrofílicas. Así, cuando tocas una superficie de acero con partículas virales en él, éstos se pegarán a tu piel; se quedarán en tus manos.
De momento no son peligrosos, no estás infectado. Ahora bien, si te tocas la cara con las manos, el virus podría transmitirse de las manos a la cara. Entonces, los virus están cerca de las vías respiratorias y de las membranas mucosas (nariz, ojos, boca). El virus ahora si que puede entrar a tu cuerpo, y si, estás infectado, a menos que el sistema inmune mate al virus. Además, puedes transmitir el virus con las manos, la boca, las gotas respiratorias. Un apretón de manos, besos... todo esto puede ayudar a la propagación del virus.
Piensa en lo normal que es llevarse las manos a la cara. Hasta que no te laves las manos, corres riesgo de infectarte. Veamos varios elementos con los que puedes lavarte las manos.
Solo agua. Podría funcionar. PERO... el agua 'solo' es capaz de romper los enlaces de hidrógeno formados entre el virus y la piel. Hay más enlaces, así que es difícil que los virus se despeguen y se vayan. Hace falta algo más.
Agua con jabón. Esto ya es distinto. El jabón está formado por moléculas anfipáticas: esto significa que tienen un extremo hidrófilo, soluble al agua, y otro hidrófobo, que rechaza el agua y se une a los lípidos. Este extremo hidrófobo se asemeja a los lípidos de la membrana de los virus. Las moléculas de jabón 'compiten' con los lípidos de la membrana vírica. Además, también compiten con otros enlaces no covalentes que ayudan a mantener la estructura del virus. El jabón es efectivo 'disolviendo' las uniones que mantienen a las estructuras víricas.
El jabón también compite con las interacciones entre el virus y la superficie de la piel con su extremo hidrófilo. Así, la combinación de agua y jabón nos quita a los virus de la piel, y los virus se van. La piel es bastante áspera y con arrugas; por ello, hay que tomarse el tiempo necesario para frotar y remojar las manos por todas partes, ya que los virus pueden estar en cualquier zona de la piel. Estas propiedades, unidas a las del agua, hacen que esta sea la mejor opción.
Productos desinfectantes basados en alcohol. Los productos basados en alcohol, que suelen incluir propiedades desinfectantes y antibacterianas, contienen un gran procentaje de alcohol (entre 60-80% de etanol), a veces con algo de isopropanol, además de agua y un poco de jabón. El etanol y otros alcoholes no solo forman facílmente enlaces de hidrógeno con los virus; además, como disolvente, son más lipofílicos que el agua. De ahí que el alcohol disuelva la membrana lipídica y pueda romper ciertas interacciones de los virus. Casi todos los productos antibacterianos contienen alcohol y algo de jabón, lo que ayuda a matar a los virus. Pero algunos incluyen agentes antibacterianos 'activos' como el triclosán, que no afectan en nada a los virus.
No obstante, hace falta una alta concentración de alcohol (+60%) para conseguir una rápida disolución del virus. Por ejemplo, el vodka o el whisky (~40%) no disolverían el virus tan rápido. En general, el alcohol no es tan efectivo como el jabón para este hacer; además, el alcohol es más corrosivo para la piel que el jabón.
En resumen, el lavado de manos, aún siendo algo muy rutinario y sencillo, es una acción de gran importancia para prevenir virus (también bacterias). Lavarse las manos solo con agua puede ayudar, y los geles hidroalcohólicos son efectivos contra los virus, pero hace falta un porcentaje de alcohol alto. Por cierto, si el gel hidroalcohólico tiene alguna propiedad antibacteriana, ésta no es efectiva contra los virus. Si no estás en condición de usar jabón se pueden usar, son válidos; pero si puedes, lo más efectivo es lavarse las manos con agua y jabón.
Fuente: Palli Thordarson, profesor de química en la Universidad de Nueva Gales del Sur, en su cuenta personal de twitter.